miércoles, 28 de marzo de 2012

Mi poesía es una carta

Te escribo una carta.
Para dedicarme a amarte,
para anunciar que te odio,
para olvidar tu porvenir.

Te escribo esta carta
porque hoy es nuestro aniversario,
porque tengo sed de sangre.
Porque anoche te recordé entre sueños y me desvelé.

Quizá para atacarte en tu hombría.
Quizá para confesarme, te.
Quizá para contestar al llamado de lo anónimo.

Ergo, mi plan no es maquiavélico
a penas si duele.
Porque, aunque, me gustaría dispararte,
matarte,
no tengo arco ni flecha.
Sólo una retórica que es cliché,
que simula ser autentica.
Te juro que no lo es.

Una carta es sólo un relato.
Todos lo saben: el relato es siempre repetitivo,
sólo cambian los personajes.
El vos y yo es simplemente una modalidad,
un decorado rudimentario.

Por eso te escribo esta carta.
Para no ser real,
para no morir en el tiempo.
Porque me pica la piel si no lo hago,
porque la estupidez es una enfermedad,
porque me corrompe la idea de amarte.
Porque para mí,
si lo es para vos, también
el amor es una clase de estupidez,
el amor no es un arte.

Entonces, es simple,
te escribo porque me enfermé.

Hombre y mujer

Me personalizas cuando entras.
Me palpas con tu órgano.
Sí, es genital.

Naufragás.
Calculás quien puedo ser separando mis piernas.
No hay misterio,
soy quien digo ser.

Me guiñás torpemente.
Mal pensado,
soy tu esposa,
soy tu mujer.

Impredecible es tu velocidad de proceder.
Cuando me alcanzás termina el ciclo.
Comienza uno nuevo para mí:
tu rehabilitación,
tu premisa de ser hombre,
tu cansancio.
Sí, otra vez, es genital.

miércoles, 21 de marzo de 2012

"Veo en tu rostro las hojas secas del otoño"

martes, 13 de marzo de 2012

Recordando poemas de Andre Breton

Tus senos son una mentira,
a tu vagina le falta amor,
tus labios son una roca,
tu cara es el espejismo de una cara bonita
a tu cola de paja le falta paja
y tu cuerpo es una luna sin poesía.
Tu caminar es un robot,
tu voz es un elefante africano,
tus palabras son un bla bla bla,
tus modismos son chistes de ebrio matutino,
tu seducción es un as de copas,
tu risa solo despierta aburrimiento,
tu gemido es una gaviota sin alas,
y tu coquetería se arruina en cuanto te subís a una nube.
¿No te das cuenta que no existe un templo en vos?
Ni siquiera sos un tu cuando se te habla de tu.
Lo único que es verdadero en tu apariencia,
en tu feminidad descolocada son tus vestidos
y tal vez la menstruación en tus dedos.
Revolotea un colibrí por mi mente.
Lo persigo con voz,
me conduce a una ventana.

Entra el.
Curiosidad de principiante,
en desacato de sutileza
lo veo ver:
tuerce su cabeza para mirar debajo de mis lentes:
mis párpados vibran al son de un zumbido.
Sonrío.
El niño también.

viernes, 9 de marzo de 2012

Son todos
versiones
deformes
de vos.

jueves, 8 de marzo de 2012

Derramas flores secas.
Caminas al lado de tus hijos muertos,
sonámbula,
con pasos cortos.

-No, no te leves,
escuchas antes de encerrarte en espejos.

martes, 6 de marzo de 2012

Leyendo a Sade en el tren

Mi movimiento es un aleteo en el vagón.
Divago entre los distintos cuerpos.
Soy quien duerme en el piso
sodomizada por las luces y el orgasmo musical.

Por eso,
con eso,
me desata los índices de alucinación,
la gentileza de risas risueñas.

En cada estación una nueva fugacidad.
Pero, diligente, mi boca canta un mismo compás,
mis labios se mojan con la letra.
Las puertas se abren de par en par.

Mi masturbación viaja.
Soy transporte de lubricidad,
soy susurro que no se escucha,
hipnotizada por el insomnio que representa copular.

Mi deleite es un sin fin de fronteras.
Entre tantas miradas la aventura es flotar.
Estallar en silencio,
con ganas
muchas fuerzas.
Gritar en llamas:
transportaMe.