Que antiguo me parece
que pidas algo serio de mí
ahora que nos empezó a gustar.

Te da miedo enamorarte
perdida y locamente de mí
sabiendo que también que me gustan las demás.

No me da igual que te sea indiferente,
ya caerás en mis brazos...
Insegura de repente,
¿adonde pensas que podes ir?
Ahora que nos acercábamos a algo.

(Babasonicos)

El otro día comprendí porque te regalo mi cuerpo y toda su esencia. Incluso hasta entendí porque con tanta intensidad. Cada vez que lo hice fue porque necesitaba expresar la explosión de mis sentidos y emociones. No era por puro placer físico. Me era necesario comunicarte lo mucho que te sentía, lo mucho que te siento.

Las túnicas que envolvían el durazno
revolotearon por el aire con la brisa que entraba por la ventana
y desnudaron su dulce secreto.

La sonrisa de mona lisa.

Una vez escuché en una película que una mujer tenía siete tipos de sonrisas y el protagonista todo enamorado describía cada una de ellas. Ese concepto tan cursi me hizo preguntarme, alguna vez, si yo podría tener tanta cantidad de sonrisas. No sé a cuantas llego, pero creo percibir las que sí tengo.

• La sonrisa que hago cuando escucho una canción que me pone feliz.
• La sonrisa que contempla junto con mis ojos alguna situación tierna.
• La sonrisa dubitativa que encaro cada vez que camino contenta con temor a que la gente me vea sonriendo.
  
• La sonrisa pilla que pongo cada vez que hago algo indebido. Por lo general es acompañado con un movimiento de cabeza para abajo y los ojos chinescos enfatizando la postura de mis cejas.
• La sonrisa que pongo cada vez que me toman una fotografía.
• La sonrisa levemente dibujada que emano cuando estoy triste y simulo estar bien.
• La sonrisa de compromiso que me sale cuando me siento incomoda. Cuando lo hago no muestro los dientes porque mi boca no hace un gran gesto.
• La sonrisa con la boca bien abierta cuando siento mucha emoción.
• La sonrisa de borrachera en la casi ni se perciben mis ojos de tan achinados que están.

Corromper

Tengo la necesidad imperante de que me corrompan el alma. Quiero una cuota de peligro en mí vida, que la adrenalina me queme las venas. Quiero una emoción fuerte capaz de dejarme el cuerpo estremecido por unos días o unas semanas. Necesito empaparme de suciedad, sacar a relucir la perversidad de mi mente insana.
I want to be a venus in furs.

Bloqueda

Se escaparon de mi boca las palabras consideradas hermosas.
Se murió en mi sueño cualquier esperanza de recuperación emocional.
Me doy cuenta porque estoy paralizada para escribirte. Perdí mi habilidad para plasmar en palabras lo que siento. Estoy bloqueda, no se cómo continuar. Lo peor de todo es que en mi cabeza todo resuena tan fuerte.

Cuando te conocí salías
con un amigo de los pocos que tenías
eras lo mejor de su vida
pero fuiste lo mejor de la mía.

(Andres Calamaro)

Dream.

De tanto hablar de vos ayer, soñé toda la noche con vos y que me decías que me amabas. Entonces, yo me escondía para no responderte. Tenía miedo de saber cual era mi respuesta.

Húmeda

Estoy turbada, aun recuerdo como empecé a temblar entre tus piernas. Mi manos quedaron impregnados de tu esencia y si cierro mis ojos mi respiración se torna en agitación. Soy un cuerpo sin alma. No tengo mirada, no tengo perfume, no tengo aire. Sigo desnuda, como si aun estuviera tirada en tu cama.

Cuantificar

I can tell there's something goin' on
hours seems to disappear
everyone is leaving i'm still with you.

(Peter Bjorn & John)

No me gusta medir mi cariño en términos cuantitativos. Odiaría reducir mis sentimientos a simples estadísticas y comparar quién quiere más, quién desea más. Prefiero que mis acciones hablen por si mismas, que mi lenguaje corporal demuestre mis fantasías y que mis ojos te atrapen en cada mirada. Porque el cariño no se cuestiona, no se mide, se da y se recibe. Si el tiempo es un problema, si ello te permite decidir sobre cuanto queres, entonces aun te dejas gobernar por un reloj. Pero, sabes cuando es el mejor momento para olvidar todo: en el primer abrazo.

Silence.

El silencio retumba en mi cuerpo. Me hace comportarme como víctima de cualquier inseguridad emocional. Me intranquiliza y desespera. Empiezo a tiritar como las estalactitas en las frías noche de invierno. Siento que la soledad corrompe mi ser. Creo que la única forma de amar el silencio es si una mirada penetrante invade tu cuerpo. Por lo menos, no sentís depresión.

Sonrío porque mis ojos ya no perciben gris.
Ya nada se tiñe de muerte,
concibo el cambio en mi piel,
mi lenguaje corporal es más liberal.

Las cadenas que me ataba se deshicieron.
Cambio, renacimiento.
Mi nebulosa mental te guarda,
mis latidos se originan otra vez.
Creo que a eso es lo que la gente llama "amor".

Matices

Vuelvo a ver los matices de la naturaleza.
Las arboledas parecen infinitas,
las arboledas son las mismas.
El sol las persigue,
ilusión óptica.
Brillan sobre mis anteojos, titilan.

Amie.

Con una sonrisa en el rostro se acerco a ella y la abrazo. Emocionada, pero con temor a que todos se dieran cuenta, le susurro al oído con alegría: te das cuenta como cambio todo. Rieron, ambas sabían que era verdad, pero ninguna quería asumir el hecho de que ese cambio, quizas, las iría a separar.

"Lo cierto es que vivimos postergando todo lo postergable; tal vez todos sabemos profundamente que somos inmortales y que tarde o temprano, todo hombre hará todas las cosas y sabrá todo".

Jorge Luis Borges

Tatuaje

Tengo tu nombre tatuado en mi cuerpo
tan virgen para el que llega
tan lastimado para el que se va.
La perfidia de tu personaje
tejió sobre mí una telaraña.
Enriedo divino,
como toda historia trágica
la capa del destino cae y devela su verdad
"que hay dulzura en el dolor".

Todos los hombres, en el vertiginoso instante del coito, son el mismo hombre.
Todos los hombres que repiten una línea de Shakespeare, son William Shakespeare.

¿Sí cierro los ojos aún vas a estar ahí?