el punto anterior al adiós,
al abrazo con fuerza idílica,
al llanto reprimido detrás del teléfono.
Es preferible conciliar el sueño
aceptar el error
culpar al destino
(nueva-mente)
por castigar con la vara del tiempo y del espacio
a la pobre mujer que escribe
y comprender-te.
Por eso me alejo
porque hay que dormir,
alguna vez.
Buenas
noches
en eco.
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