sábado, 21 de febrero de 2009

¿Bien o mal?

Tengo distorsionada mi imagen. No sé que parte de mi es buena y cual es mala. Incansables veces he oído decir que el bien y el mal conviven en nosotros pero somos nosotros quienes decidimos por cual camino seguir. Somos dueños de nuestro propio destino. Pero ¿qué sucede cuando te debatis constantemente entre esos dos elementos sin saber cual de ellos predomina en vos? Es en ese camino bilateral en él que me encuentro ultimamente, sin tener noción de que soy o de que debo ser. ¿Me doy cuenta de qué quiero ser? No lo sé. Llego a pensar de que cada día que pasa y me encuentro con ella estoy al borde del precipicio sin saber si voy a caer o si alguien detendrá mi caída. Tengo miedo, miedo de sacar lo malo en mi solo para defenderme de los ataques externos que son superfluos pero que despiertan la maldad innata que existe en mi. Es exactamente cuando empiezo a decaer en la peor versión de mi, para luego de unos minutos sentirme la peor porquería del mundo. ¿Soy mala? Deseo mucho saber que soy porque actuar como bien o como mal de repente no es la mejor solución. Equilibrio, eso soy o por lo menos eso es lo que simboliza mi signo, pero no lo veo en mi. No encuentro a mi ser equilibrado en ese sentido. ¿Por qué soy tan asquerosamente irónica? ¿Por qué no me callo la boca cuando debo? ¿Por qué debo herir a los que quiero de una manera totalmente altanera? Demuestran lo que soy, quizás, pero no lo que debo hacer. Timidamente me doy cuenta de mi error, tiemblo porque sé exactamente lo que hice, hice que otro se sienta una porquería sin importarme en el momento la atrocidad que hice. Pero es la verdad, la verdad debe ser dicha aun si duele. Quizás no siempre es bueno que uno despierte al otro de su sueño profundo, pero yo ofensivamente lo hago hasta sumergirme en la más profunda humillación. Soy una tonta o después de todo soy una persona buena que trata de ser mala. No es que yo lo busque pero es mi mecanismo de defensa para que otros no me hagan sentir mal a mi, para que no ataquen mi realidad o mi realidad hecha ilusión. No, no quiero dejar de ser así pero simplemente me duele tremendamente hasta hacerme sentir culpable de lo que soy, por el hecho de que mi orgullo, hermoso orgullo que me permite vivir pensando que soy superior a otros en ciertos aspectos se desmaterialice en la nada dejandome en la peor de las miserias. Dejandome convertida en un ser doliente, inútil e incapaz de ser amado por otros, por el simple hecho de que mi orgullo me alimenta y me transforma en esto que soy. Pero, ¿qué soy? Soy altanera, irónica, mala, loca, tímida, maliciosa, horrenda, inmunda, tonta pero lo peor de toda mala perdedora y lamentablemente perdí. No del todo pero perdí y me duele demasiado hasta hoy lo que hice, porque después de todo no soy dios para juzgar a los demás, jamas lo seré pero por lo menos pude decir mi verdad.

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