Exquisitamente hermosas son las palabras formuladas por Freud y remarcadas por André Breton en su Manifiesto del Surrealismo, tanto que impactaron enormemente mi pobre alma de poetiza.

Freud dice: "[...] Y entonces advertimos que la realidad, pese a nuestras represiones interiores, iniciamos, en nuestro interior una vida fantástica que, al complacer nuestros deseos, compensa las deficiencias de la existencia verdadera. El hombre enérgico que triunfa es aquel que consigue tranformar en realidades las fantasía del deseo. Cuando esta transmutación no se logra por culpa de las circunstancias externas o de la debilidad del individuo, éste se aparta de la realidad, retirándose al mas dichoso universo de los sueños; en los casos de enfermedad tranforma el contenido de sus sueños en síntomas. Cuando concurren ciertas favorables condiciones, el sujeto puede descubrir otro medio de pasar des fantasías a la realidad [...] creo que si el sujeto posee el don del arte, tan misterioso desde el punto de vista psicológico, puede tranformar sus sueños en creaciones artísticas, en vez de tranformarlos en síntomas. De esta manera escapa al destino de la neurosis y, mediante dicho rodeo, entra en relación con la realidad."

Creo que, quien lea esto y sienta en su ser el don del arte, podrá comprender que su locura esta justificada mediante esta cita, porque dicha locura no existe, es solo un punto de conexion entre las fantasías del deseo y la realidad. Freud ha salvado nuevamente mi locura, quizás ahora entiendas el porque de tantas fantasías.