miércoles, 15 de junio de 2011

Carencia

Don't they know
it's the end of the world.

Hoy más que nunca siento la carencia de todo en mi vida. No comprendo absolutamente nada. La vida se me difumina en miles de partículas y ninguna me compone. Quiero un todo que en verdad no es nada. Me siento inútil, boluda sobre todo. No entiendo la complejidad de ciertos actos como por ejemplo robar y, más que nada, si lo hace gente que quizas ni lo necesita y lo hace porque es cleptómana. ¡Qué mundo enfermo en el que vivimos!
Si no amara a nadie me hubiera matado hace años cuando yacía en mi cama y lloraba para no ir al colegio porque odiaba ese pequeño universo que reflejaba un universo mayor de seres humanos hirientes. El corazón de a poco se me endurece. La intolerancia nutre mis venas. El dolor domina mi mente. Lo peor de estar vivo es saber que vas a morir exactamente por lo mismo que viviste: por nada.
¿En donde esta la genialidad de vivir? Supuestamente en pequeños momentos como comer con amigos, hacer el amor, dormir y despertar a lado de la persona que queres, viajar, tener hijos, dejar un legado, contemplar el cielo violáceo en verano, mirar una buena película o ir al recital de tus sueños. Pero, si no queres todo eso o hiciste parte de eso y ya te sentís completo ¿qué haces? ¿Qué más puede haber? Al fin y al cabo nunca realizas todo lo que deseas porque deseamos todo el tiempo algo nuevo. Vas a morir insatisfecho. Ningún hombre es un gran hombre al final de sus días.
Por eso siento que estoy vacia, que me volví a convertir en un cuerpo sin nombre. Mis palabras incluso no tienen lógica porque ni siquiera reflejan la realidad. Dudo de estar en el lugar correcto. Yo siento que estoy a destiempo con todo y todos. En mi lugar siempre debería estar alguien más, yo no pertenezco a este momento.
Soy un ente disfrazado que cree sentir.

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