miércoles, 1 de febrero de 2012

Chewing box

Deslicé mis dedos entre los distintos objetos de la caja. Sabía que me introducía a un terreno pantanoso, pero aun así estaba tranquila. Ya nada me asusta de aquel pa-sa-do -pensé para mis adentros. Saqué, con mucho cuidado, las fotos y el CD que me había regalado la última vez que me susurro te amo. Parpadeé rápidamente con mis ojos y tragué hondo (ahora sí tenía miedo).
Mis músculos se paralizaron.
te dije que era una mala idea revisar estas cajas.
lo sé, pero a veces me gusta jugar a la arqueóloga conmigo misma.
Cerrar paréntesis,
punto aparte.

Examiné con cuidado las imágenes. En cada rostro un gesto distinto, un pedazo de vos. ¿Sabías que los aborígenes creían que las fotos robaban el alma de las personas? Muchos dicen que están locos, yo digo que tienen razón. Cada vez que te miraba sentía tus ojos de avellana rodeando mi figura. Perturbador. Confieso, también, que en ese momento me dieron tantas ganas de -miento en realidad- de nada.

¿Me creerías si te dijera que es la primera vez, en tanto tiempo, que pienso en vos? La cuestión es que no sé porque la gente recuerda, nadie quiere admitir que cae en la tentación de "pensar en alguien" ya que implica olvidar y despertar a menudo de ese olvido, como diría mi amigo Roland.

¿Querés saber cuál fue la peor parte? Cuando abrí el envoltorio del CD que hiciste para mí y que solamente escuché una vez. De todos los regalos que me hiciste es al que menos le tengo cariño, simplemente, porque siempre lo consideré un fracaso total de cariño. De tu cariño. Una resignación, quizás. La cuota de tragedia es que de todos los objetos es el único que conserva tu sabor, tu esencia. Tu vo(s)z. Nunca me imaginé que un olor perdurara en forma de siempreterno. Lo olí con lástima, más aun, con nostalgia de volver a respirar lo que alguna vez me encandilo. Diligente, cerré mis ojos e inhalé tu perfume para transportarme. No sabía adonde (sí sabía).
Con pleitesía permití que la caja me tragara por completo.

No hay comentarios: