Extendés tus brazos, pero no es recíproco.
No hay que responder a la puerta -me decís, mirando en dirección a la puerta. -Estamos solos -. Pero yo sé que no es así, que nos está mirando, que él está ahí.
¿Tenés miedo de que nos descubran? -pregunta con una sonrisa.
No, porque ya está acá adentro. Está parado enfrente nuestro.
¿Quién está parado a nuestro lado? -pregunta preocupado.
Mi papá.
Los dos están solos en la habitación, aunque ella tiembla y él no sabe por qué.
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