lunes, 6 de agosto de 2012

Viviendo en todas partes

Despeina con su sonrisa la calma de días.
Ingresa su madre, quien dice: regresa cuando quieras,
se larga a correr.
No comprende que el cotidiano de la gente se observa en un parpadeo,
como si fuera una foto eterna
o el nacimiento de un niño para una partera.


Alguien me tiene que explicar porque navegamos con el aire
¿por qué no navegamos con el pelo?
Quizás sería más fácil tirarnos del paracaídas si el suelo fuera de burbujas.


Tantos teatros, tanta naturaleza
para tan solo quedarme colgada en mi mente,
en árboles de 100 años.


Mejor caerme de la luna que caerme del sol
sabiendo siempre que no me tengo que acercar demasiado,
que la dirección es borrosa.
Que
que
que...
me perdí.

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