jueves, 7 de octubre de 2010

20 velas

Sin entender (sé que jamás lo haré) por que vine al mundo, me encuentro existiendo ya 20 años. Pero si al menos pudiera saber para que vivo el camino seria mucho más fácil. Imposible, quizás solo en sueños debemos tener la respuesta. Incapaz de recordar mi mundo surrealista, como el perfumista Jean Baptiste puedo reconocer cada aspecto de todo lo que me sucedió en mi vida estas ultimas dos décadas.
Los primeros años de vida son confusos, las imágenes de mi mente son borrosas y las que recuerdo son poco felices. El vestido negro que use para el funeral de mi abuelo, sueños de haber estado en el fondo de mi casa, tirada en el patio como una muñeca triste utilizando aquella prenda, sostener el brazo de mi mamá en medio de la lluvia al intentar huir (por primera vez) de mi casa. El viaje a Estados Unidos, bailando Celine Dion y corriendo por el living como si fuera una actriz dramática y las pizzas que comíamos los sábados a la noche.
No obstante, estos son simplemente recuerdos. Yo deseo no recordar obsesivamente todo, me harte de sufrir por algo que alguna vez fue real y ahora es abstracto. De eso se trata cambiar y crecer. Entonces prefiero saber que sucedió en mi vida con tan solo nombrarlo, es decir, llamar cada cosa por su nombre a pesar de que las etiquetas no sirven.
Ergo puedo decir que en mi vida aprendí a llorar por tristeza, por alegría, por no entender que sucede en el mundo, aprendí a amar y a sufrir por amor porque me rompieron dos veces mi corazón, aprendí a querer a gente que considero amigos y confiar en extraños.
Sé lo que es quedarse despierto hasta el amanecer, sé lo que es recorrer distancia, sé lo que es dormir al lado de alguien, sé lo que es enamorarse de alguien y pensar que tambien se enamoraron de vos, sé lo que es estar inconsciente, sé lo que es querer morir todos los días.
Consumí vicios, consumí placeres, consumí vidas, consumí historias, consumí miles de programas de televisión que no aportan nada a la mente, consumí tantas canciones en una tarde, en un día, en un mes que ya ni recuerdo que estilo de música no escuche, consumí películas para llorar, para reír, para pensar, para decir: esta era la película de la que tanto hablaban, a mi no me pareció tan interesante.
Desee estar con alguien por toda la vida, desee estar flaca hasta el punto de dañar mi cuerpo, desee ser tonta para no entender mi existencia, desee odiar a la primera persona que ame pero no me surgió, desee volver el tiempo atrás millones de veces, desee carecer de sentimientos para no volver a sufrir nunca más, porque es tan difícil saber que todo tiene un final.
Di todo de mi a quienes ame de verdad, otorgue libertad a quienes lo pidieron, deje en paz a quienes no sabían que hacer, di consejos a quienes lo requerían, di la mejor etapa de mi vida a alguien que al final termino desilusionándome. Ahora entiendo que jamás debo aceptar una promesa.
Dije si muchas veces a pesar de que debería haber dicho no, dije que no cuando en verdad no sabia que hacer, dije debería en momentos en que dudaba de lo que había hecho, dije te amo tantas veces que la palabra se volvió inútil para mi, dije te odio a quienes considere que se lo merecían, dije no sé porque no sabía que decir, dije lo siento para no perder el amor de quienes quiero y dije te lo dije porque sabía que tenia razón. Sin embargo, a veces creo que dije de más y otras tanto dije muy poco o dije lo equivocado por temor, para no herir.
Arrepentirme jamás, porque estamos negando nuestra persona por eso sé que volvería a hacer todo otra vez, quizás cambiando alguna cosa para no tener que decir: me equivoque tanto con vos, perdoname. Ahora lo único que deseo es poder cambiar y olvidar todo lo que alguna fui porque las consecuencias de ello lo veo en mi todos los días. Quiero comenzar todo otra vez y no volver nunca más atrás porque en mis vivencias anteriores el amor y dolor se combinaron de tal manera que llevaron a que mi alma muera. El amor me mato.
No obstante, mis cenizas me hicieron renacer.

No hay comentarios: