sábado, 12 de febrero de 2011

Chemical Brothers

Se encontró tirado en el piso del departamento 3A de la calle Europa. Tenía los pantalones desabrochados, sudaba frió, su boca estaba seca, su brazo derecho estaba morado y los músculos entumecidos. No entendía nada, lo único que recordaba era que horas atrás estaba corriendo caballos.

Eran las 17hs cuando salió de su casa para ir a lo de Mar, su novia de verano. En el camino, mientras fumaba un cigarrillo, se acordaba de como la había conocido. Ella estaba tocando la guitarra en la plaza y él se acercó a darle una moneda. Aquel acto innecesario la había enojado tanto que empezó a maldecirlo y a decirle que era un machista por pensar que ella necesitaba la ayuda de un hombre para sobrevivir. Entonces, mirándola fijamente a los ojos levantó la plata y siguió caminando. Paralizada por los ojos de él, decidió seguirlo y ver hacia donde iba el hombre que la había desafiado. A la tercera cuadra él se detuvó en la esquina, se dio vuelta y corrió hacia ella. Sorprendida lo beso.
Todo ese momento giro en su cabeza hasta que llego a la parada del colectivo. No había nadie en la calle, el parecía un ente en un barrio fantasma. Su imagen era difusa, nada en él parecía normal. Incluso al subir al autobus, el chofer lo miro y le dijo: ¿nene, estas bien? Estas pálido. Sin prestarle atención pagó el boleto y se sentó en la parte de atrás. Cerró los ojos y se durmió todo el trayecto, no tenía miedo de pasarse porque sabía que un bache cerca de la casa de Mar siempre lo despertaba.
Toco el timbre, la puerta se abrió, camino hasta el ascensor y llego al departamento 3A a las 17.45hs.
Te esperaba antes
-le dijo Mar toda dormida.
Es que no recuerdo despertar
-exclamo él con una sonrisa bastante picara. La beso, la abrazo y vio que no habían más muebles.
¿Qué carajo hiciste?-le preguntó indignado.
Emocionada, saco de su bolsillo varios papelitos metálicos y le dijo- vendí todos mis muebles para comprar esto para los dos. Me dijeron que es de lo mejor.
Entonces, otra vez la miró como aquella vez en la plaza y cerró la puerta de un golpe. Anonadado camino en círculos por lo que antes era el living, no sabía como canalizar la hira y la alegría que tenia. En ese instante, tomo su encendedor, le quito de la mano a Mar unos papelitos y empezó a quemarlos. Al convertirse en liquido, lo metió en una jeringa, se colocó un manguerita alrededor del brazo y se inyectó.
Otra vez la miro como aquella vez, pero esta vez sonrió y sus ojos estaban perdidos. Intentó acariciarle el cabello, pero su cuerpo ya no respondía y se tumbo en el suelo con la cara extasiada. De fondo sonaba en el celular You should feel what I feel, you should take what I take, una canción de Chemical Brothers. Ya no estaba en si, ella en cambio todavía vivía.
Mar al verlo que temblaba y vomitaba, agarró su cartera y se fue del departamento. Pero antes de irse, le revisó los pantalones para ver si tenía plata. Lo único que encontró fueron 10 pesos y un papel que decia "with you sunday never ends". Sin sentirse conmovida por nada, le desabrochó los pantalones para que cuando se levantara piense que había pasado algo entre los dos.
Horas más tarde se levantó.

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