domingo, 30 de noviembre de 2008

Afrodita:

Inhala. Exhala. Sus impulsos cada vez son más cocientes del placer que experimentan. Esta tan contento donde esta. Ya no sabe que hacer, solo dejarse ceder a quienes lo quieren. Bebe, alimenta su ser de las mejores delicias que un cuerpo pueda llegar a deleitar. Que bien se siente, le dice. De manera atrapante lo mira y deja que piense lo que quiera, nuevamente lo mira pero sonriendo con total descaro, como si fuera tan inocente. Tan increíblemente niña. Ya no es ella, es totalmente diferente a lo que se mostraba, es toda una ilusión. Diosa tal vez. Hasta su manera de hablar cambio, intrigante y breve, elocuente y sensual. Si, ahora ella se transformo en lo que verdaderamente era, Amante.

Lo inicia en su ritual. Ella se deja perder en inconsciencia y planea hacerlo con la mente de él. Le promete, le regala sus mejores caras y gestos, trata de volverlo loco para siempre. Quiere que sea un esclavo de ella, toda mujer lo desea. Lo besa, no pierde ningún momento para cegarlo y envolverlo en ella. Lo quiere, nunca antes la habían cautivado como él lo estaba haciendo, de la manera en que él se disponía con ella, era verdaderamente un gusto verlo ser. Cada vez más sumergido en locura, no entendía lo que pasaba en su interior, no comprendía lo que aquella niña loca hacia en sus entrañas. Simplemente inexplicable todo lo que le hacia sentir, tan solo con un gesto de su boca, con sus delicados labios, tan llenos de gracia y voluptuosos como lo son los labios de una diosa épica, como lo era la bella boca de Afrodita.

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