martes, 7 de septiembre de 2010

Necesito decirte adios.

Finalmente te convertiste en uno más del montón. En aquello que nunca quise que fueras:
Una hoja en blanco.
Un contacto más.
Un recuerdo.
Una tormenta.
Una enfermedad.
Una imagen difusa.
Una foto vieja.
Un amor perdido.
Un canción interminable.
Un llamado inesperado.
Un beso olvidado.
Un retaso de tela.
Un número de teléfono.
Una casa vecina.
Un asiento vacio.
Un cuento.
Una película.
Un sueño.
Un cuerpo sin vida.
Un ser sin rostro, sin identificación, sin historia.
Un sin fin de laberintos en mi mente, que no me dejan ser lo que siempre fui.
Pero se que estás (en algún lugar).

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