lunes, 23 de noviembre de 2009

Reflexiones de una viajera enamorada

Pensé que no iba a poder vivir sin vos, pero a lo largo de estos días comprendi que ni siquiera me importaba saber como andabas. Mis sentimientos, los viajes en colectivo de un ciudad a otra me volvían más autosuficiente. No dependía de nadie excepto de mis pies. La incomunicación me aislaba del mundo pero me acercaba al plano más hedonista de mi ser. Yo soy feliz por mi propia cuenta, después de tanto tiempo vuelvo a sentir lo que es sorprenderme todos los días sin la necesidad de esperar la sorpresa de alguien que me abraza.
Me volví una persona plástica, mi cara no se desfigura al sonreír, las fotos del viaje lo demuestran. Porque ya no hay nada que me conquista, la naturaleza muda me envolvió. La alegría exaltada de mi persona respondía a la absoluta libertad de no estar con nadie, nadie me controlaba. ¿Hay algo más emocionante que el viaje a un país extraño por tu propia cuenta? No lo creo, porque en el viaje maduras, te das cuenta de muchas cosas que no entendías, reflexionas sobre todo lo que hicistes en tu vida, pero sobre todo reflexionas sobre el presente. En este presente, ¿te quiero? Si, pero tu compañía no me es necesaria. El vacío de tu discurso me aburre, me aburro al hablar siempre de lo mismo. En cambio en este viaje, todas las conversaciones eran distintas de otras, cada una me inundaba de un nuevo concepto o concepción del mundo. Tu discurso me parece repetitivo. Tu cariño parece el mismo. Nada cambia.
En la deriva valoras todo desde otra perspectiva. La soledad no siempre es algo negativo. Errante te dirigís a lo desconocido, el miedo desaparece a medida que volas más alto. Te sumergís en el océano, descubrís todo un mundo nuevo muy distinto al nuestro. Al salir a la superficie nadie te espera, nadie reclama por un naufrago sin memoria. Simplemente no me era necesario pensar que había alguien en la orilla esperándome para arroparme, yo sola puedo con todo. Aun si eso exige el no volver nunca más. Me canse de todo, nada resalta sobre el contexto. Prefiero esconderme de todos y de todo, vivir como una loca. Porque la locura demanda de mi todo, no tengo noción de espacio y tiempo. Prefiero olvidar el lenguaje aprendido, desaparecer. El dolor que me causan las personas me hace dudar de si quiero volver a mi país natal, prefiero quedarme en este paraíso natural en el que estoy viviendo. Porque ya no se que quiero, no se quien quiero ser, no tengo idea a donde voy simplemente sigo el sendero amarillo. Lo único que si se es que quiero estar sola porque no quiero lastimarme, no quiero herir a nadie. Prefiero morir en vida, ser una desaparecida más. Por eso viaje a un país desconocido, porque así me olvido de mi lengua materna, me olvido de quienes deje en mi país, me olvido de que alguna vez quice, de quien quería ser.
Ya me olvide de tu voz.

Fecha: 15/07/78

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo triste es ver en quien podemos transformarnos, de a poco la humanidad se va para aprender a defendernos de un mundo hostil que va a la velocidad de la luz y no le importa nada ni nadie. Esclavos de un mundo q no le importa una mierda.
Esclavos de un hedonismo agresivo donde todo se compra y se vende.
Mirandonos todo el día en un espejo nos volvemos otro punto blanco en el mundo que aporta a su vaciedad y frialdad cuando se vuelven descartables hasta nuestros sentimientos.
(Soy incoherente porq a pesar de todo me gusta el texto)
-Jorge-