martes, 2 de marzo de 2010

Día 3: Fin de semana

Puedo decir, a pesar de estar de vacaciones, que este fin de semana fue largo. Lo fue porque mi cansancio parecía interminable y el día de ayer fue el cumpleaños de mi mamá, me pareció domingo. Quizás mi cansancio se debió a aquella resaca del sábado, producto de todo lo que tome en la madrugada: mucho alcohol, muchos cigarrillos, mucha música, mucha gente, mucho karaoke, mucho de todo. El sábado al mediodía me pesaban las piernas, mis hombros parecíandesgarrarse de dolor y mi boca seca pedía liquido cada media hora. Aun así, a la tarde fui a comprar el regalo de mamá. Realmente, el viernes me gaste la garganta bebiendo, lo peor es que al otro día ni recordaba lo que había consumido. Partes de la noche me parecieron borrosas cuando me levante, a la tarde todo el mundo me decía que me había portado de lo peor, y ayer lunes, vi un vídeo el cual protagonice con mi hermana y un amigo que lo dice todo. Que descontrolada me comporto a veces! La pregunta es, ¿puedo recaer más bajo?
Sin necesidad de autocontestarme, mi propia memoria canaliza recuerdos de la vez en que puse en riesgo mi vida por tomar demasiado y consumir narcóticos. Ahora, después de tanto tiempo, ya no recuerdo con exactitud cuantas veces estuvo en riesgo mi vida por consumir. ¿Quiero saberlo? No. Paso mucho tiempo de aquellas épocas en las que estaba perdida en mi inconsciencia, en las que mutilaba mi cuerpo y alma, que no tengo ganas de acordarmelas en este momento. Hoy es un nuevo día, una nueva década y yo soy diferente, no siempre, a aquella persona que solía ser.
Volviendo al presente, el domingo se preparo mucho comida para el cumpleaños de mamá. Por suerte se me hizo ameno con la ayuda de él. Ayer vino gente inesperada al cumpleaños de mamá, mi tía que hacia mucho tiempo no venia a casa apareció. La verdad es que me incomodo un poco su visita, sentía como si todo el tiempo estuviera observando todo lo que pasaba en casa para después chusmear con mi otra tía, a la cual odio. Detesto a la familia de mi mamá, excepto a mi abuela, porque todos son falsos, chismosos e envidiosos. Te obligan a ser hipócrita, pero yo no cedo demasiado porque no quiero ser como ellos, si tengo que poner mala cara lo hago y si tengo que hacer comentarios ácidos los hago, también. Igual ayer no hubo necesidad de hacerlo, era el cumpleaños de mi mamá y no quería que ella se pusiera mal en su día, a pesar de que en un momento hizo un comentario a cerca de mi peso el cual logre evadir con calma. Fue un buen día ayer, era como un domingo en el cual el día esta tranquilo, la brisa revolotea por tu cuerpo y te acaricia y toda la gente que queres se reune para pasar un buen rato.

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