lunes, 28 de diciembre de 2009

Un belle chanson

Una voz suave pero con presencia, una voz de mujer con un ingles casi bien pronunciado me hacen recordar a un lugar que a penas recuerdo. Sobre todo, me hace recordar a un época en que todo era muy nuevo. Quizás por eso no recuerdo bien aquel lugar. Quizás no recuerdo aquel lugar porque a penas estuve en él por unos días. Repito nuevamente la canción para recordar aquellos primeros sentimiento que nacían en mi. Como una canción de cuna me calma, me envuelve en un ambiente somnoliento y mi mente empieza su catarsis subconsciente. Soy otra vez aquella adolescente exploradora.
Como maquina me reprogramo. Empieza la secuencia de imágenes hasta encontrar la correcta, mejor dicho, las correctas. Un película se constituye de miles de fotogramas, convierto a mi cabeza en un film. Me veo, veo con mis propios ojos lo que ocurría antes de que vinieras a mi mundo. Cierro mis ojos, no me atrevo a saber como comenzo. Avanzo (fast foward), desearía poder volar hasta encontrar esa parte en que los personajes se extrañaban. Pero nadie puede. Me detengo en una imagen que quiero ver. Es indescriptible la perfección de la imagen con la canción, ahora todo concuerda y me pregunto, ¿habrá sido así de perfecto o mi mente como un programa de computación, lo maquilla todo?
Vuelvo a apretar el botón de fast foward, quiero llegar a aquel lugar que a penas recuerdo. Hay algo en esta canción que me hace querer descubrir lo que se esconde detrás de su melodía. No soporto olvidar pasajes de mi vida. Pero a medida que divago entre mis fotogramas junto con la incesante canción como guia de mi expedición, yo sola empiezo a recapitular. Recupere piezas del rompecabezas que creía perdidos, mejor dicho, que no recordaba desde hacia mucho tiempo. La canción me conduce por senderos de aquel hermoso lugar. Digo hermoso porque la nitidez de las imágenes me hace ver lo hermoso de su paisaje, de sus calles y de sus espacios escondidos. Ahora con absoluta certeza puedo acordarme de como se sentía extrañarte desde tan lejos.
Sin dejar de reproducir fotos, todo parece tan vivo en mi. Es como si realmente estuviera caminando de noche por aquellas arboledas, es como si en verdad estuviera viajando en aquel auto que me llevaba de un lugar a otro, siento como si otra vez estuviera llegando a la cabaña y me sentara a escuchar Benjamin Biolay & Chiara Mastroianni mientras observaba lo alto de los valles de Córdoba y quería que estuvieras a mi lado. House is not a home.

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